20110108

El acantilado

Me acuerdo que caminábamos gritando y que corríamos bajando, rodando por un acantilado paradisíaco, letalmente placentero, confiando en que alguno de los dos sabría cuando detenerse, y era evidente ninguno podría saberlo y que valía mucho más la pena ver en milisegundos los brotes rosados de las cactáceas, rosados como carne recién hecha, los gritos histéricos de las aves del paraíso, el viento salpicado de nubes, la tierra húmeda que vivía bajo la hierba manchando tus enaguas ligeras, mientras caíamos cuesta abajo y la gravilla gruesa me lijaba el antebrazo y un no-importa de espaldas ralladas medio sanguinolentas, un labio medio roto y una carcajada que había zumbado toda la tarde, una risa de banda sonora y sin embargo amena, ambiental. Valía más la pena eso que calcular, que sumar y restar la posibilidad de terminar estampados al fondo del océano rocoso. Al menos yo no quería dejar de vivirme esa realidad vaporosa, sutilmente destilada. De hecho no entiendo todavía cómo es posible que esa misma noche hubiésemos terminado brindando, todavía con las mejillas recién bronceadas y borrachas, sobrevivientes, casi agradeciendo la resaca mientras François, nuestro mesero habitual, te acuerdas? nos servía con la misma sonrisa de siempre dos añejados secos. Obviamente muy secos.

20090602






















Martes


Los dientes con calugón
Una moneda en el suelo
Los ojos atentos al semáforo
La mochila abierta
La lengua borracha de azúcar
Las palmas de la mano
Los chistes repetidos
Los mensajes de texto
Un dedo flojo
Un pelito rebelde
El cuello de la camisa
Un ombligo conversador
La mejillas confitadas
El olor a alcanfor
El botón del pantalón
La luz por la ventana.

20090601

Maniphesto






















Declaración de inconsecuencia.


Nacimos en días sin importancia en hospitales desconocidos.
Aburridos desde ese día,
masticando los inviernos y las ciencias naturales,
los membrillos
pasando de vez en cuando por la torre entel
siempre atentos al suelo
donde encontrabamos alguna moneda que nunca,
nunca alcanzaba para nada.

Bajo cielos nublados
nacimos descontentos y desempleados,
sin ganas de hacer nada.
Sin ganas de creerle a nadie,
sin ganas de seguir siendo uno mismo,
sin ganas de seguir escuchando a los mismos mierdas
cada single day de nos vies,
repitiéndonos los nombres de la santísima trinidad:
Médico, Abogado o Ingeniero.

Nuestros principios son voluptuosos y volubles,
somos como una cumbia de micro amarilla,
somos como los envoltorios de los dulces que compran los pendejos
antes de volverse flaites y fumar pasta base,
somos como la miel
como los jugos zuko,
somos culpables y somos weones,
somos hermosos día por medio,
somos tan tontos que nadie es más inteligente que nosotros.
Fuimos anarquistas hasta que nos empezó a gustar demasiado Gilda,
fuimos felices el día que vomitamos por primera vez,
tomando ron en las escaleras
y llamándonos por nuestro nombre.



20080524

L'espoir a des limites, comme la patience. L'espoir est délicatement patient. Il est le fils bien élevé de la passion. Il est stupidement faux, puisqu'il se ment à lui même. Il voit là où il n'y a pas de quoi. Quand la passion n'est pas consommée, elle se déforme et prends des allures d'espoir. Qui vit avec l'espoir vit avec un cancer.
La passion est l'unique chose à laquelle je dois ma vie. Je la lui doit, je la lui offre. Délicatement, sereinement... Impertinence! Impertinence! Soit ma plus grande vertu!


La esperanza tiene límites, como la paciencia. La esperanza es delicadamente paciente. Es la hija bien educada de la pasión. Es estúpidamente falsa, porque se miente a si misma. Ve cosas ahí donde no hay nada que ver. Cuando la pasión no es consumada se deforma y toma la forma de la esperanza. Quien vive con esperanza vive con un cáncer.

La pasión es la única cosa a la que debo mi vida. Yo se la debo y yo se la ofrezco, delicadamente, serenamente... Impertinencia! Impertinencia! mi más grande virtud!

20080502

Como que da risa, como que da pena.


Estoy seguro que sabis que hay cosas que se sienten como un invierno entre la piel y el chaleco, que duelen como jeringas de acero. Como temblar de frío, como cuando nos quedamos a dormir a la intemperie con mis compañeros en un viaje al sur; desarmamos la carpa para ahorrar tiempo y poder tomar el bus más rápido y dormimos bajo un manzano. Y ese frío terrible, que hace temblar la memoria, que destruía nuestra racionalidad, nos volvía tres fragmentos bajo un cielo inmenso, estoy seguro que hai visto esos cielos que vienen de uno mismo, que dan pero piden a cambio, tanto como ir una tarde un poco fría, un poco libre, un poco aburrida a juntarme a alguien que yo sabia que no me era indiferente, que escondía tanto que mostraba todo, que le daba un sentido a una tarde que, en el fondo, no podría haber estado destinada a otra cosa.

Entro en una galería y noto la cantidad de casas de repuesto y más afuera los plomeros. Veo insumos de fotografía y un cartel luminoso que debería mostrarte cómo flota entre pedazos de jugueras muertas. Me meto a un bar y pido una cerveza Budweisser. Están dando un partido y yo lo miro, disfrutando del señor que limpia las mesas mientras hay otro que hace un sándwich para nadie. El mundo parece funcionar hasta que suena el teléfono, el puto teléfono que rompe mi ilusión de media tarde y me arrastra frente a la biblioteca nacional.

Todo iba a ser perfecto, la ruta por la que veniai estaba dibujada en la alameda y yo había tomado el mejor puesto para mirar eso. Pero parece que a ti te viene más el otro lado de la alameda, la esquina seca, ese otro lugar por el que yo no paso nunca. Hay cosas que duelen y otras que no. Menos mal que me di cuenta.

20080322

...Las implicancias de escribir un blog. Un asunto que nadie va a leer salvo dos o tres ociosos, un asunto en el que caigo a veces, como si no lo hubiese creado yo y como si ya no tuviera suficientes de estos bastarditos de internet que piden pedacitos de la vida en su banalidad mas perversa. Monroy tiene flickr, monroy tiene fotolog (aunque es colectivo), monroy tiene facebook, monroy tiene blog y se siente tan autoreferente que no se soporta. Ni siquiera hace el esfuerzo de escribir algo que pudiera interesarle mas que a el mismo. Ni siquiera se preocupa de mostrarselo a nadie ni de ponerle acentos a las palabras (no es tan cierto; me encantaria poder hacerlo pero este teclado es una mierda).
Quiza la flojera, la falta de astucia que me lleva a crear este asunto me de un empujoncito para darme cuenta que nadie jamas leeria algo demasiado largo, mucho menos sobre mi... No es que me odie pero no soy alguien cuya vida sea especialmente contable. Podra ser que escribiendo poquito se llegue a poder ver esta paginilla como algo escueto, como una especie de dibujito en la ultima pagina del cuaderno?...




20071126

Sigues dando vueltas en mi cabeza.


Mira, yo soy bien disperso, voy siempre promediándome conmigo mismo y no avanzo mucho, me quedo dando vueltas siempre y te juro que lo que más me gusta anotar es que me quedo dando vueltas. Si por eso me gustaba esa canción. Sigues dando vueltas en mi cabeza. La música la encontraba es que una mierda pero las palabras eran tan mías que siempre terminaba viendome a mí mismo. Sintestésico también soy, a cagar, y es que me escucho trajinando dentro de mi cabeza', pensando en voz alta interior alterna que también hay alguien que sigue dando vueltas en mi cabeza, pero dentro de la cabeza'' (siendo cada una cabeza' y cabeza'', desde ahora) es donde das vueltas tú, y en vez de darme cuenta de lo patético que es ser un caleidoscopio de proyecciones sentimentales (darme cuenta cabalmente nunca lo he logrado) pienso que si me concentro harto puedo hacer que el Monroy que da vueltas dentro de cabeza' se meta a cabeza'' y se encuentre contigo.
También me gustan las estupideces. Las malas y las buenas. Confieso que no me da vergüenza escuchar a Jewel. No sé bien qué es lo malo de eso pero algo huele a estación mapocho o a paragua del puente. Tampoco creo que yo haga estupideces buenas en algún momento. No sé si pensar que irme a vivir a tu barrio o averiguar qué cigarros fumai, tratando de hacer que eso me acerque a tii de una forma bien warner channel, pueda acogerse a algún tipo de clemencia, de aceptación imaginaria por tu parte de mi estupidez tan complaciente. Tan de pequeño placer de la vida pero tan burgués al mismo tiempo.