20080502

Como que da risa, como que da pena.


Estoy seguro que sabis que hay cosas que se sienten como un invierno entre la piel y el chaleco, que duelen como jeringas de acero. Como temblar de frío, como cuando nos quedamos a dormir a la intemperie con mis compañeros en un viaje al sur; desarmamos la carpa para ahorrar tiempo y poder tomar el bus más rápido y dormimos bajo un manzano. Y ese frío terrible, que hace temblar la memoria, que destruía nuestra racionalidad, nos volvía tres fragmentos bajo un cielo inmenso, estoy seguro que hai visto esos cielos que vienen de uno mismo, que dan pero piden a cambio, tanto como ir una tarde un poco fría, un poco libre, un poco aburrida a juntarme a alguien que yo sabia que no me era indiferente, que escondía tanto que mostraba todo, que le daba un sentido a una tarde que, en el fondo, no podría haber estado destinada a otra cosa.

Entro en una galería y noto la cantidad de casas de repuesto y más afuera los plomeros. Veo insumos de fotografía y un cartel luminoso que debería mostrarte cómo flota entre pedazos de jugueras muertas. Me meto a un bar y pido una cerveza Budweisser. Están dando un partido y yo lo miro, disfrutando del señor que limpia las mesas mientras hay otro que hace un sándwich para nadie. El mundo parece funcionar hasta que suena el teléfono, el puto teléfono que rompe mi ilusión de media tarde y me arrastra frente a la biblioteca nacional.

Todo iba a ser perfecto, la ruta por la que veniai estaba dibujada en la alameda y yo había tomado el mejor puesto para mirar eso. Pero parece que a ti te viene más el otro lado de la alameda, la esquina seca, ese otro lugar por el que yo no paso nunca. Hay cosas que duelen y otras que no. Menos mal que me di cuenta.

1 commentaire:

Nati a dit…

si, somos deprimidos, pero pasamos piola, no todo el mundo cacha esa parte de nuestro horóscopo.
y vo enamorao mas encima.
besito